Vículo Afectivo y Masaje Infantil

El vínculo es esa relación especial que se produce entre una mamá y su bebé, o entre el cuidador principal y el bebé.

Establecer un buen vínculo es la base de un apego seguro, que determinará en la edad adulta nuestra forma de relacionarnos con otras personas y el tipo de relaciones que establecemos; así como nuestra capacidad futura para vincular con nuestros propios hijos.

Ya desde el embarazo comienza a producirse este vínculo, expresado a través de las prácticas de salud dirigidas a la protección y el bienestar del feto. El bebé puede sentir el contacto de la madre al tocarse la barriga, ya que el tacto es el primer sentido que se desarrolla y la piel está conectado directamente con el sistema nervioso central, a partir del cuarto mes de embarazo el bebé puede oír la voz de la mamá, hablarle, cantarle, también pueden ayudarnos a establecer ese vínculo.

Nada más nacer el bebé este se encuentra en un estado de alerta tranquila produciéndose un momento especial para la vinculación entre el recién nacido y la madre,  en el momento del parto las hormonas de la madre y del bebé realizan una perfecta simbiosis, preparando el terreno psicológico para acoger al bebé, los estrógenos abren el corazón, la oxitocina hace crecer el amor, la adrenalina da la fuerza, las endorfinas preparan el enlace con gratificaciones y la prolactina aumenta el instinto de encuentro, por todo ello se recomienda en este primer momento el contacto piel con piel y la búsqueda espontanea del pecho por parte del bebé.

Después de ese primer momento que puede durar un par de horas, el bebé entra en un periodo de letargo, transcurrido el cual tenemos nuevamente la oportunidad de establecer ese vínculo con el bebé.

Entre las cosas que pueden facilitar el vínculo están la lactancia materna, el contacto piel con piel, las caricias, hablarles y cantarles, la sonrisa, el contacto ocular, el olor; del mismo modo, las conductas del bebé van a ayudar también a que se produzca este vinculación a través del balbuceo, los soniditos, sus movimientos, sonrisa y llanto.

En contraposición existen una serie de factores que podrían dificultar el establecimiento del vínculo, como la separación prolongada de la madre y el bebé, situación que se da por ejemplo en
bebés prematuros; o cuando el parto ha sido por cesárea y no existe esa posibilidad de contacto inmediato con el bebé, alteraciones emocionales en la mamá como depresión posparto; bebés con necesidades especiales; también puede resultarles más complicado vincular a los padres adolescentes, a los padres de acogida o adoptivos.

Lo maravilloso del ser humano es que nunca es demasiado tarde para crear vínculos, y que este no es solamente biológico.

A través del masaje infantil podemos fomentar el establecimiento, mantenimiento y fortalecimiento o reparación del vínculo. El programa de IAIM reúne los elementos facilitadores de la vinculación, el tacto, el contacto visual, olor, voz/oído, llanto, sonrisas, amamantar/alimentar, imitación y sincronía. Animando y reforzando la comunicación entre la diada mamá-bebé y proporcionando un espacio único de intimidad y amor.

 

Cristina Soriano.
Educadora de Masaje Infantil.

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