Soy psicóloga.
Soy psicóloga de personas maravillosas.
De personas que no se esconden, qué desean dejar cosas atrás, cambiar, crecer, superarse.
De personas que saben ser valientes, que se enfrentan con miedo, que atraviesan sus miedos, que superan los miedos.
De personas que luchan batallas consigo mismas, con su propia mente, con la vida y sus pruebas, que no se rinden, que se levantan una y otra vez, por duro que sea el camino.
De personas que encuentran la salida incluso del pozo más profundo.
De personas que tienen miedo a sentir, que odian lo que sienten, que evitan sentir, que sienten demasiado.
De personas que habitan solo en su mente, que se enredan en su mente, que confunde su mente.
De personas que perdieron la seguridad, la confianza, que nunca se sintieron a salvo, que desconocen su verdadero valor.
De personas que no se sintieron queridas, que no saben amar, que no conocen el amor, que imploran amor.
De personas que tienen el valor de pedir ayuda, de reconocer sus limitaciones, de dejarse acompañar.
De personas que abren su corazón, que se muestran, que derriban barreras para confiar en otro, cuando alguien les dañó profundamente.
De adultos que nunca fueron niños, que vieron truncada su infancia, que no fueron cuidados por quien más debió quererles.
Soy psicóloga y mi suerte fue que decidieras acercarte a mí, que me permitieras conocerte, ver la vida a través de tus ojos, ponerme en tu piel, en tu alma y en tu mente, acompañarte para ver tu cambio, tu transformación, para ver crecer tus alas y volar cuál mariposa tras la metamorfosis.
Soy psicóloga y también… soy persona.