Para entender que son las Fobias empecemos hablando del miedo.
El miedo es una reacción emocional normal, como la tristeza, la alegría, el dolor…; y como todas estas emociones cumple una función adaptativa.
Normalmente cuando hablamos de miedo adaptativo nos referimos a un conjunto de sensaciones que se ponen en marcha como respuesta normal ante peligros reales. Sin embargo, cuando estas sensaciones se experimentan en situaciones que no suponen una amenaza real, nos encontramos ante un miedo que ya no es adaptativo.
Los miedos también pueden ser evolutivos apareciendo en nuestra infancia y desapareciendo a lo largo del desarrollo del individuo.
Las fobias se caracterizan por un miedo desproporcionado con respecto al estimulo que lo causa, no puede ser explicado o razonado por el individuo, esta más allá del control voluntario, lleva a la evitación de la situación temida, persiste a lo largo del tiempo y no es adaptativo, ni evolutivo. Además puede desencadenarse ante la presencia de un estímulo o situación concreta que lo causa o la anticipación del mismo, simplemente pensando en ello.
Las fobias pueden ser específicas de una situación muy concreta, a algún animal, a las alturas , los espacios cerrados, a conducir, a subir en avión u otro medio de transporte, a la sangre, a la oscuridad, a las tormentas, a atragantarse…; otras fobias son de tipo social ya que el miedo esta relacionado con la interacción con los demás, como por ejemplo a hablar en público.
Como es lógico cuando algo nos da miedo lo más normal es que lo evitemos, y así, en principio, problema resuelto. Pero hay cosas que por circunstancias y necesidad no podemos evitar eternamente o que hacerlo supondría limitar nuestra vida. De todos es sabido que la mejor manera de superar nuestros miedos es enfrentarnos a ellos, pero claro, esto es más fácil decirlo que hacerlo, si algo me provoca un miedo desproporcionado por mucho que mi razón me inste a permanecer en la situación, mi emoción será tan intensa que no seré capaz de soportarlo; normalmente si conseguimos hacer algo que tememos suele ser utilizando alguna técnica de escape, que minimice el malestar o lo haga desaparecer temporalmente, como usar ansiolíticos o
distraerse pensando en otras cosas.
A través de la Terapia EMDR podemos afrontar nuestras fobias sin necesidad de entrar en contacto directo con la situación temida, partiendo de la evocación del recuerdo de la experiencia perturbadora, haciendo que la emoción negativa disminuya o desaparezca y así ser capaces de afrontar en vivo y en directo nuestros miedos en una situación de control emocional.
Es posible ser libres, vivir sin miedos que condicionen nuestra vida y superarnos a nosotros mismos.