Sin
duda este es un problema bastante común y muy “desagradable”.
duda este es un problema bastante común y muy “desagradable”.
Sin
embargo, la ansiedad es en su origen un mecanismo de supervivencia,
existe desde que los seres humanos poblamos la tierra y gracias a
ella estamos vivos.
embargo, la ansiedad es en su origen un mecanismo de supervivencia,
existe desde que los seres humanos poblamos la tierra y gracias a
ella estamos vivos.
La
ansiedad es el mecanismo que nos ayuda ante un peligro, nos prepara
para luchar, huir o nos paraliza.
ansiedad es el mecanismo que nos ayuda ante un peligro, nos prepara
para luchar, huir o nos paraliza.
Ante
una situación que valoramos como “peligrosa” nuestro cerebro
envía las ordenes necesarias para que nuestro sistema nervioso se
ponga en marcha y prepare a nuestros músculos, sistema visual,
digestivo, respiratorio, etc; para correr, subir a un árbol, pelear,
pisar el freno o simplemente no hacer nada.
una situación que valoramos como “peligrosa” nuestro cerebro
envía las ordenes necesarias para que nuestro sistema nervioso se
ponga en marcha y prepare a nuestros músculos, sistema visual,
digestivo, respiratorio, etc; para correr, subir a un árbol, pelear,
pisar el freno o simplemente no hacer nada.
Puede
parecerte que quedarse paralizado no sea el mejor mecanismo de
defensa que se te ocurra, pero es tan remoto como algunos de los
seres más primitivos que poblaron la tierra y se encuentra en el
cerebro mas básico y reptiliano. Podemos imaginarnos como reacciona
una tortuga ante una situación de peligro…, se introduce en su
caparazón y finge estar “muerta” hasta que el peligro haya
pasado. Quizás se te ocurra alguna situación en la que hayas
reaccionado así. Normalmente se trata de situaciones en las que
valoramos que nuestras posibilidades de huir o luchar nos dejan en
desventaja, aunque esta decisión sucede tan rápido en nuestro
cerebro que muchas veces no somos conscientes de ello.
parecerte que quedarse paralizado no sea el mejor mecanismo de
defensa que se te ocurra, pero es tan remoto como algunos de los
seres más primitivos que poblaron la tierra y se encuentra en el
cerebro mas básico y reptiliano. Podemos imaginarnos como reacciona
una tortuga ante una situación de peligro…, se introduce en su
caparazón y finge estar “muerta” hasta que el peligro haya
pasado. Quizás se te ocurra alguna situación en la que hayas
reaccionado así. Normalmente se trata de situaciones en las que
valoramos que nuestras posibilidades de huir o luchar nos dejan en
desventaja, aunque esta decisión sucede tan rápido en nuestro
cerebro que muchas veces no somos conscientes de ello.
Pero
actualmente, cuando las personas hablamos de ansiedad, nos referimos
a ella como algo negativo, molesto, desagradable y que genera
autentico pánico.
actualmente, cuando las personas hablamos de ansiedad, nos referimos
a ella como algo negativo, molesto, desagradable y que genera
autentico pánico.
La
ansiedad pasa de ser una aliada a ser un problema, cuando el
mecanismos de defensa que prepara nuestro cuerpo para reaccionar se
activa ante situaciones normales que no suponen ningún tipo de
riesgo o amenaza; o cuando si
hay algo en juego y el individuo necesita actuar de forma especial,
pero la ansiedad es desproporcionada.
ansiedad pasa de ser una aliada a ser un problema, cuando el
mecanismos de defensa que prepara nuestro cuerpo para reaccionar se
activa ante situaciones normales que no suponen ningún tipo de
riesgo o amenaza; o cuando si
hay algo en juego y el individuo necesita actuar de forma especial,
pero la ansiedad es desproporcionada.
En
estas ocasiones el cerebro detecta un peligro, en este caso
“subjetivo”, interpretado por nosotros como tal, aunque sea algo
inocuo (subir en ascensor, hablar en público, la posibilidad de
tener una enfermedad, una sensación física…) y envía a nuestro
cerebro la señal de alarma, el sistema nervioso se pone en marcha
acelerando el ritmo cardíaco, el ritmo respiratorio, tensando los
músculos, paralizando la digestión, ampliando nuestro campo de
visión…y entonces ¿qué hacemos con todo eso? No tenemos que
correr porque nos persigue un león, ni que subirnos a un árbol o
que defendernos ante una agresión…, todos esos cambios y las
sensaciones que provocan no tienen un objetivo, no les damos salida y
no nos queda mas remedio que experimentarlas hasta que pasen, por muy
desagradables que sean, pero hay una buena noticia, pasaran porque
nuestro cuerpo, que es muy sabio, también esta preparado para esto.
estas ocasiones el cerebro detecta un peligro, en este caso
“subjetivo”, interpretado por nosotros como tal, aunque sea algo
inocuo (subir en ascensor, hablar en público, la posibilidad de
tener una enfermedad, una sensación física…) y envía a nuestro
cerebro la señal de alarma, el sistema nervioso se pone en marcha
acelerando el ritmo cardíaco, el ritmo respiratorio, tensando los
músculos, paralizando la digestión, ampliando nuestro campo de
visión…y entonces ¿qué hacemos con todo eso? No tenemos que
correr porque nos persigue un león, ni que subirnos a un árbol o
que defendernos ante una agresión…, todos esos cambios y las
sensaciones que provocan no tienen un objetivo, no les damos salida y
no nos queda mas remedio que experimentarlas hasta que pasen, por muy
desagradables que sean, pero hay una buena noticia, pasaran porque
nuestro cuerpo, que es muy sabio, también esta preparado para esto.
Por
desgracia, en ocasiones, esta pauta de respuesta se instala en
nuestra rutina apareciendo de manera sistemática en determinadas
situaciones, dando lugar a trastornos como Estrés, Fobias,
Hipocondría, Ataques de Pánico, Obsesiones.
desgracia, en ocasiones, esta pauta de respuesta se instala en
nuestra rutina apareciendo de manera sistemática en determinadas
situaciones, dando lugar a trastornos como Estrés, Fobias,
Hipocondría, Ataques de Pánico, Obsesiones.
Pero
tranquilo, todos estos problemas tienen solución, recuerda para
empezar que la ansiedad es tu aliada.
tranquilo, todos estos problemas tienen solución, recuerda para
empezar que la ansiedad es tu aliada.